El crimen de Santiago Nahuel López Monte , de 20 años, en la zona sur del Gran Buenos Aires, dio un giro crucial este viernes con la detención de su novia, una adolescente de 16 años, la principal sospechosa y que llevaba dos días prófuga. El arresto pudo concretarse este viernes gracias a una pista inesperada obtenida tras un allanamiento dentro de una unidad penitenciaria bonaerense.
Tras la fuga de la menor, las autoridades desplegaron estos últimos dos días numerosos operativos de búsqueda en la zona sur del Gran Buenos Aires. La sospechosa se había mantenido oculta durante dos días en la casa de un familiar.
Cómo lograron encontrar a la adolescente
La clave para localizarla no provino de la calle, sino de una celda. Los investigadores decidieron apuntar a su círculo más íntimo y realizaron un allanamiento estratégico en la Unidad Penitenciaria N° 40 de Lomas de Zamora.
El objetivo era el pabellón 8, donde se encuentra detenido Martín Ramón Mena, padre de la adolescente imputada. Durante la revisión de su celda, la número 3, se incautó su teléfono celular.
El análisis de ese dispositivo fue crucial. La información obtenida a través del teléfono del padre preso guio a los investigadores hasta el último de los seis domicilios allanados en el marco de la causa, una vivienda en La Matanza.
Con una orden de urgencia, la Policía ingresó al lugar y logró concretar la detención de la joven, que se encuentra a disposición de la Justicia, imputada por el homicidio de su novio.
Cómo ocurrió el crimen de Santiago López
Todo ocurrió el pasado miércoles por la noche y fue denunciado por la propia menor, quien llamó al 911 indicando que su pareja se había «lastimado con una reja» y estaba sin signos vitales. Personal de la Comisaría 4ta. de Lanús y una ambulancia del SAME confirmaron que Santiago estaba muerto.
La médica de emergencias desestimó de inmediato la versión de la reja. El cuerpo de la víctima presentaba dos heridas cortopunzantes en el costado izquierdo del torso, una debajo de la tetilla y otra más abajo, lesiones que no eran compatibles con un accidente.
Mientras los servicios de Emergencia confirmaban el deceso y las causas de la muerte, la adolescente que se encontraba junto al fallecido insistió en que «estaba vivo» y preguntó a qué hospital lo llevaban. Segundos después, la joven se esfumó, convirtiéndose inmediatamente en la principal sospechosa del homicidio.
La investigación del crimen quedó inicialmente en manos del fiscal Oscar Maidana de la UFI N°8 de Lanús, quien dispuso la preservación del lugar y la intervención de la Policía Científica. Sin embargo, al tratarse de una menor de edad involucrada en un delito grave, la causa pasó rápidamente al fiscal Juan Ignacio Colazo, de la UFI de Responsabilidad Juvenil N°2 de Lomas de Zamora.
La familia de Santiago denunció desde un principio la relación tóxica y violenta que ambos mantenían. Macarena y Tamara, dos de los siete hermanos de Santiago, describieron a la sospechosa como una persona «tóxica, manipuladora y controladora» que, según sus testimonios, ya lo había atacado en otras oportunidades.
Las hermanas que la acusada impedía que Santiago mantuviera contacto con su familia. «Le decía que era una mariquita, una pollerita de mamá, y no era así«, sostuvo Macarena.
Los vecinos fueron testigos de las agresiones y observaban cómo la adolescente lo insultaba y golpeaba. En reiteradas oportunidades, Santiago, se quedaba en la esquina de la casa esperando que ella decidiera abrirle la puerta, según supo la familia.
El entorno familiar vio cómo Santiago llegaba a su casa con moretones y rasguños, aunque él siempre se encargaba de poner excusas s para proteger a su pareja. «Una vez vino con la mano cortada y mi mamá le dijo ‘eso es una puñalada. Y él le decía que se había cortado con la cadena de su moto. Y era mentira, ella le pegaba», dijo la hermana de la víctima.
