Condenan a perpetua a un hombre que mató y descuartizó a su vecina: los padres también irán a la cárcel por encubrirlo

Condenan a perpetua a un hombre que mató y descuartizó a su vecina: los padres también irán a la cárcel por encubrirlo

Alejandra Abbondanza, de 38 años, fue asesinada, descuartizada y quemada. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°2 de Zárate-Campana condenó a prisión perpetua a su vecino Agustín Chiminelli. También dictó penas de 17 y 18 años de prisión a Liliana Sánchez y Rubén Chiminelli, la madre y el padre del condenado por encubrimiento.

El femicidio fue cometido en Campana el 16 de septiembre de 2022, por la tarde Alejandra salió a pasear a su perro. Su hija adolescente, cerca de las 17.30, fue la última que la vio. Una cámara de seguridad la registró ingresando a la casa de su vecino Chiminelli. Pero ninguna señalaba su salida. Su cuerpo fue encontrado carbonizado en un quincho de aquella vivienda.

El condenado

“Quiero manifestar el dolor que tengo. Estuvo mal lo que hice. Quiero pedir perdón a la familia de Alejandra. Sé que es algo difícil, perdonar algo tan feo que pasó, pero estoy muy arrepentido de lo que hice, fue algo horrible”, dijo en su indagatoria Chiminelli el martes. 

“Yo actué solo en todo momento, mis viejos no tienen nada que ver, son gente de bien, yo también lo era, pero la mala vida que llevaba me llevó a este desenlace tan horroroso”, aseguró en la búsqueda de desvincular a sus padres de los hechos.

“Pido a Dios que le dé fuerzas a la familia de Alejandra para seguir. He hecho algo que no tiene remedio, pero quiero trabajar día y noche para poder cambiar y ser buena persona”, agregó.

La hermana de la víctima

Ana María Abbondanza, hermana de la víctima, dijo al tribunal: “Estoy acá para hablar por mi hermana Alejandra. Para hablar por su hija, por su pareja, por nuestra familia. Para hablar por mí. Hace un año, Alejandra fue asesinada de forma brutal. No fue un impulso. No fue un error. Fue un acto atroz: la descuartizaron, la quemaron, intentaron hacerla desaparecer. Pero no pudieron. Porque Alejandra vive en cada persona que la amó. Y porque yo estoy acá para nombrarla, para pedir justicia, para que no se repita”.

“El crimen no ocurrió en soledad. Esa noche, en esa casa, había adultos. Personas que escucharon, que vieron, que sabían. Personas que no hicieron nada. Que no llamaron a la policía. Que no protegieron a Alejandra. Que negaron su humanidad. Que intentaron encubrir lo que pasó”, consideró la hermana. 

“Hoy esas personas están siendo juzgadas. Niegan haber sabido. Niegan haber escuchado. Niegan haber ayudado. Pero el silencio también mata. La indiferencia también es cómplice”, dijo ante los jueces el martes.

“No podemos cambiar lo que pasó. Pero podemos decidir qué sociedad queremos ser. Una que protege. Una que escucha. Una que no permite que el horror se esconda detrás de una puerta cerrada. Gracias por escucharme. Que el nombre de Alejandra sea justicia”, concluyó Ana María.

Este viernes e tribunal dio su veredicto encontró a Chiminelli  y sus padres responsables, los fundamentos serán entregados en unos días a las partes. La defensa podrá apelar a partir de ahí.