La joven rosarina reveló detalles en sus redes sociales, en donde contó que tuvo que ser hospitalizada y recibir ayuda de sus amigos de España.
Durante el fin de semana Ivana Icardi vivió un momento para el olvido. Y como no podía ser de otra manera, la hermana de Mauro Icardi y excuñada de Wanda Nara, reveló todos los detalles en sus redes sociales.
Muy angustiada, la joven rosarina explicó que debió ser hospitalizada tras sufrir fuertísimos dolores abdominales. Y que su pequeña hija Georgia (1), fruto de su relación pasada con Hugo Sierra, tuvo que quedar al cuidado de amigos suyos de España.
«No saben lo que me pasó ayer. Después de estar bien todo el día me empezó a doler fuertísimo la barriga al punto de quedarme doblada del dolor. La pasé fatal. Tuve temblores, sudores fríos, 40 grados de fiebre y un ganglio inflamadísimo que me estaba matando el cuello», comenzó diciendo.
Asimismo, agregó: «La angustia que tenía era mortal. Mientras me ponían suero, me quitaban sangre y me hacían todas las pruebas, no paraba de pensar en mi bebé. Ella se estaba dando cuenta que yo no estaba bien. Cuando pasan estas cosas eres más consciente de lo importante que es tener personas de confianza».
«Si no mejoro tengo que volver para que me hagan más pruebas. Espero que no sea nada, nunca me había pasado algo tan fuerte. Si me quedaba acá creo que me moría de dolor. Por lo menos ahora puedo hablar y tengo otra cara», dijo también Ivana Icardi.

Tras el mal momento, Ivana Icardi hizo un contundente descargo. «Voy a ponerme filosófica o dramática, como han estado diciendo estos días los 3tres haters de turno por agradecer a mis amigos la tremenda mano que me dieron ayudándome con mi niña mientras a mí me hacían pruebas médicas», señaló al pie de una foto en la que se ven los piecitos de su bebé.
Del mismo modo, indicó: «Para mí, esos gestos valen más que cualquier otra cosa. No sé si me educaron en la gratitud o lo aprendí yo sola, pero me siento agradecida y afortunada. Esta bebé hermosa de la que se ven sus piecitos, mi hija, me miraba como un cachorrito al que le iban a quitar a su mamá cuando veía que no podía ni ponerme de pie del dolor… Y me abrazaba y daba besos y a mí se me partía el corazón».
«Sigo haciéndome pruebas y quiero creer que no es nada, pero he vuelto al hospital… Este último tiempo estaba nerviosa, nostálgica, descentrada, irritable… Como si supiera que algo iba a pasar (y pasó), en vez de seguir agradeciendo por todas las cosas buenas que tengo en mi vida… Un hogar, mi familia, aunque están lejos, están, a mi pequeño tesoro conmigo que a veces, por estar pensando en tonterías del futuro no aprovecho cada segundo a su lado…», continuó.
Y también dijo: «¡Como si el tiempo fuera algo que no tiene importancia! Mis amigos, mi trabajo, oportunidades, mi economía, mis viajes y hasta hace unos días buena salud. Vale, que no tengo una enfermedad terminal, pero siempre he sido de las que no le hace falta llegar al extremo para valorar… Por eso lo hago ahora, porque me siento inspirada y por si sirve para alguien que se está sintiendo como yo estas semanas atrás, esto creo que ha sido una llamada de atención a que vuelva a centrarme y a ocuparme de lo que realmente importa… Sin tanta ansiedad y sin estrés (porque el cuerpo reacciona a todo esto)… Y siendo yo, alegre, agradecida y luchadora es cuando mejor me va en la vida».
