Un masajista engañó a una adolescente con una falsa oferta para trabajar como su ayudante en departamentos del barrio porteño de Recoleta. Fue condenado 15 años de prisión por abuso sexual y promoción de la prostitución.
En el juicio para evitar cruzarse con el ahora condenado, la joven declaró a través de videoconferencia desde una sala contigua al tribunal, acompañada por una psicóloga.
Walter Barrientos García, de 60 años, fue encontrado responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal reiterado, en dos ocasiones, en concurso real con la promoción de la prostitución de una menor de edad, agravada por haber mediado engaño. La víctima, en aquel entonces una adolescente de 16 años, había sido contactada por el victimario bajo la falsa promesa de un puesto como su ayudante en departamentos que utilizaba como consultorios.
La sentencia fue emitida por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) N°6, integrado de manera unipersonal por el juez Adrián Grünberg. La misma pena que había solicitado la fiscal general Gabriela Baigún, a cargo de la Fiscalía General N°3, durante la etapa de alegatos de cierre.
La defensa del condenado había intentado un último recurso al plantear que se declarase extinta la acción penal por prescripción, pero este argumento fue rechazado por el tribunal.
Antes de escuchar el veredicto el acusado hizo uso de sus últimas palabras: «Mis abogados ya dijeron todo lo que tenía que decir. Es todo lo que puedo decir. Con todo respeto, muchas gracias y bendiciones para todos ustedes».
Barrientos García fue regresado al Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz después de que se leyera el veredicto en su contra. Se espera que los fundamentos completos de esta sentencia se den a conocer el próximo miércoles 3 de diciembre.
Los hechos
La investigación comenzó en 2021 partir de una crucial denuncia anónima efectuada a través de la Línea 145. Ahí detallaba el contexto de abuso y prostitución que operaba bajo el disfraz de una oferta laboral.
Tras la denuncia, se activó la intervención de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), y la víctima pudo ampliar su testimonio en Cámara Gesell. Su relato, ratificado durante el juicio, fue clave para la condena.
Según la declaración de la joven, su primer contacto con Barrientos fue en noviembre de 2012, cuando se encontró con el imputado en un departamento de la calle Arenales al 2400, luego de responder a un aviso laboral publicado en internet.
El primer abuso sexual fue ese día bajo una supuesta «capacitación» sobre técnicas de masajes que terminó con el victimario obligando a la adolescente a desnudarse. El segundo abuso ocurrió en el mismo lugar, sumando la participación de una pareja de clientes del establecimiento.
La investigación logró acreditar que el ataque y la explotación sexual contra la víctima se prolongaron por aproximadamente tres meses. Se determinó que, además de la joven, Barrientos explotaba sexualmente a otras cuatro mujeres, de entre 20 y 30 años, en los dos departamentos que alquilaba en el mismo edificio.
En ese tiempo, la adolescente era forzada a realizar hasta tres “pases” por día, y solamente recibía 500 pesos, cuando el valor total de los encuentros sexuales que mantenía con varones adultos era de 1.200 pesos.
